lunes, 18 de septiembre de 2017

Almanegra. (Trilogía del Perdón # 2) Florencia Bonelli

Luego de descubrir la traición de Aitor, el amor de su vida, y también huyendo de la Santa Inquisición que se interesaba por su fama de niña santa, Emanuela huye de la seguridad de San Ignacio Miní y va a vivir con la familia del Paí Ursus a Buenos Aires. Ahí debe reconstruir su vida, pese al gran dolor que la aflige, descubre nuevos amigos y también nuevos enemigos y aprende de manera dura que no todos son lo que parecen. Luego Aitor, de quien se había escondido, la vuelve a encontrar y ella le perdona, la pasión los consume, vuelven a jurarse amor eterno, sólo para descubrir que aun no pueden vivir "felices para siempre", surgen nuevas traiciones, nuevos celos y peligros... ¿Podrá Manu volver a perdonar a Aitor? Para contestar a esta pregunta, se hace necesario leer el tercer libro de la trilogía, puesto que al final del segundo libro la trama se complica de todas las maneras posibles...
Simplifiqué al propósito la trama de esta novela a fin de no spoilearla involuntariamente, porque la historia es mucho más complicada de lo que aquí puede leerse. Hay muchos ingredientes, muchos enredos que se entretejen creado un complicado mundo para los dos amantes.
Me gustó la historia, que es por momentos sobrecogedora y hasta abrumadora. Talvez se le fue la mano con tanta escena de alcoba.... creo que el segundo libro tiene alrededor de un 60% de sexo de alto voltaje. Aclaro, no es que esas escenas me molesten, no soy mojigata, pero creo que sólo hacía alargar las páginas de la novela.. En fin, me encantó. Se destaca el choque de culturas y creencias, el errado concepto de los mal llamados civilizados que veían al guaraní como un ser tonto cuando la verdad es otra. En sus conocimientos de medicina tradicional que Manu aplica para curar a los enfermos, usando las enseñanzas de su abuelo guaraní, se ve la maestría con la que conocían las propiedades de las plantas. Los guaraníes eran incluso más higiénicos que los españoles.... Es triste pensar lo diferente que pudo haber sido nuestra historia si los hombres no se movieran tanto por la codicia...

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