martes, 25 de junio de 2013

Julieta piensa: todo lo que la gente se olvida dentro de sus libros

Hola amigos, hoy, por pura casualidad enconré en @Pinterest un sitio que hasta ahora me deja fascinada, es como recorrer un mundo de recuerdos en imágenes. Se trata de un blog donde el propietario o propietaria de una tienda de libros usados y raros a decidido reunir todas las cosas extrañas y cotidianas también que la gente olvida dentro de sus libros.
En la tienda de libros de mi madre solemos experimentar algo parecido, no falta quien olvida una foto, una lista o hasta la entrada a un concierto en Nueva York,  sí, eso encontré una vez. Y las cosas que van a leer en ese blog, que por cierto está en inglés, son super fascinantes. Pero no les quiero aburrir, lo que deseo es que se peguen una vuelta por este blog y después me cuentan. Si son romántic@s como yo seguro les encantará. ¿Mencioné que también hay cartas? Sí, cartas de amor, cartas bien antiguas y secretos escondidos.
Aquí está el link, que se diviertan:  http://www.forgottenbookmarks.com/


viernes, 21 de junio de 2013

Alguien robó la luna. Garth Stein

Es casi una tradición en mi familia que uno de mis hermanos le regale un libro o más a mamá, ya sea por su cumpleaños o el día de la madre. Ya no recuerdo cual fue la ocasión para este libro, pero eso sí, apenas mamá pudo apreciarlo yo lo tomé prestado con la consigna de leerlo rápidamente y devolvérselo cuanto antes... Bueno, lo de cuanto antes no lo cumplí pero ya está en poder de la dueña otra vez la novela de la cual quiero hablarles en esta entrada. Se titula "Alguien robó la luna" (en inglés Raven stole the moon) de Garth Stein.
En un  impulso, Jenna deja atrás su vida en Seatle para embarcarse en un viaje imprevisto a Wrangell, Alaska, el pueblo donde viviera su abuela materna, ya fallecida, una nativa americana. Pero, por otro lado, se trata de un lugar muy cercano al centro turístico de Thunder Bay, donde su hijo de solo cuatro años perdiera la vida trágicamente hace exactamente dos años.
A diferencia de Robert, su marido, que en apariencias da la impresión de haber superado el trauma, Jenna aun busca respuestas, y encuentra más que eso en una historia con una atmósfera plagada de creencias antiguas y seres que parecen desconocer y menos aun, respetar, la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Creer o no creer es la cuestión. ¿Es acaso posible que algo así suceda en la vida real? La respuesta a esta interrogante la tendrá que responder cada lector según su propia creencia... En otro orden de cosas, incluso cuando el final es bastante predecible, realmente merece la pena la aventura de ir hasta la última página, pausadamente o en forma vertiginosa según el rítmo que va planteando la historia.
Garth Stein escribe de una manera fresca y entretenida. Ahora espero poder leer otra de sus novelas, titulada "El arte de conducir bajo la lluvia", donde según leí someramente, el protagonista es un perro labrador que no tiene nada de común. Mientras tanto, "Alguien robó la luna" es un libro que realmente les recomiendo.

jueves, 6 de junio de 2013

Julieta piensa: En fin... (goteras, gatos fugitivos y citas románticas) Final...

Se preguntarán, si es que leyeron las entradas anteriores, qué pasó con mi cita romántica ambientada en un departamento lleno de goteras, pues bien, Ricardo (convenientemente, no se si lo dije antes, muy parecido a su homónimo famoso, el actor inglés Richard Armitage) y yo (simplemente Julieta), nos refugiamos en el único lugar de mi departamento que parecía estar libre de goteras. Como él estaba mojado, igual que yo, le presté una toalla y se secó con ella el corto cabello negro... Nos sentamos a charlar. Él me contó de su vida y yo de la mía, y así estuvimos por horas. Inoportunamente, el hambre nos recordó que no habíamos cenado cuando estuvimos en aquel restaurante de lujo al cual él me había llevado y del cual huí despavorida luego de que él actuara como un neurótico al verme masticar un chicle en su camioneta... Para mi suerte, el Ricardo con quien conversaba en la cocina de mi departamento, estaba relajado, tranquilo, sonriente, charlatán y de buen humor. El opuesto total Ricardo de horas antes (¿Un caso de Jakyl y Mr Hide?)
Era imposible pedir un delivery con aquella tormenta, y entonces fui a buscar algo en mi heladera. Saqué de ella pan, queso, aceitunas y tomate y preparé unos sandwiches bien cargados que luego puse sobre el fuego. Para mi fortuna, había secuestrado de la casa de mis padres un par de botellas de cerveza que nos sirvieron para drenar la comida seca. Ricardo elogió mi invento y dijo que se sentía como si estuviera comiendo en una pizzería europea.
- ¿Y Ricky? - pregunté mientras devorábamos los sandwiches, recordando a su gato, el culpable de nuestro encuentro.
- Debe estar durmiendo plácidamente en un rincón de mi casa. - dijo él y luego añadió - ¿Creerías que su pasaje y sus papeles cuestan mucho más caros que los míos?
- ¿Pasajes? - pregunté sin comprender.
- Me voy a Inglaterra dentro de un par de semanas.
Eso me bajó de cualquier posible nube a la que me hubiera subido en medio de aquella cena improvisada.
- ¿Te vas por un tiempo?
- No, me voy a estudiar y trabajar allá, voy a vivir allá unos años. Al decir verdad, ya lo estaba haciendo, pero vine por motivos personales y ahora regreso. Y llevo al gato conmigo porque mi madre también va a vivir allá, de hecho nos mudaremos a un departamento juntos.
- Ah. - dije...
La luz se fue de pronto, dejándonos en la completa oscuridad. Una oscuridad que pronto se hizo tenue por la claridad que entraba engañosa de afuera, pues, al decir verdad, la calle también había quedado a oscuras. Me puse de pie y anuncié que buscaría velas, pero Ricardo me detuvo, atajandome del brazo.
- No, no vayas. - me pidió - quédate - y me hizo sentar, más cerca de él.
- Disfrutemos de esta oscuridad - añadió, susurrando.
Claro que adiviné lo que venía a continuación, y no hice nada para detener aquel beso que me dio, sin prisas, lento y prolongado. No sé lo que pensé, supongo que mi mente quedó en blanco... Suspiro...
- Eres muy hermosa - dijo él, sujetando mi rostro entre sus manos y volviendo a besarme - Si pudiera te llevaría conmigo...
Un tornado no hubiera sido más caudaloso y desestabilizador. No sé qué hubiera pasado si la luz no hubiera interrumpido nuestro idilio. La luz me trajo al presente y en cierta forma, me devolvió la cordura y a él también. Nos dimos cuenta entonces que era tarde y que debíamos concluir nuestra cita por ese día. Se despidió de mí con otro beso más corto y sutil y yo me quedé en las nubes. Y así, en las nubes, fui a darme un baño y a dormir....Afuera la lluvia seguía cayendo y mis goteras hacían eco de ella, tintineando ruidosamente en el fondo de las ollas y los baldes esparcidos por mi departamento.

martes, 4 de junio de 2013

El peluquero francés. Guido Rodríguez Alcalá

Creo que esta es la primera novela paraguaya que reseño en mi blog y no es por menospreciar la Literatura nacional, sino que simplemente estaba ocupada leyendo otras cosas, y debo decirlo, para mi sorpresa, disfruté de la experiencia.
De un estilo un tanto confuso al saltar de un hecho a otro sin pausas, su lectura no fue por ese motivo menos entretenida, en ese sentido, a mi humilde parecer, la novela daba para un formato más extendido. 
 Las intrigas, pasiones, paredes que escuchan y gobernantes que todo lo saben de sus gobernados, incluso sus actividades más íntimas se entremezclan en esta novela para crear un ambiente casi febril  con personajes históricos convertidos en leyenda y hechos que forman parte de nuestra historia nacional. Los hechos novelados encajan a la perfección con la historia conocida, haciendo de este relato algo que realmente pudo haber sucedido, y eso no es de extrañar si se considera que su autor, Guido Rodríguez Alcalá no es sólo un escritor prolífico sino un serio historiador e investigador.
Guido Rodríguez Alcalá toma de nuestra historia dos personajes muy controvertidos, amados y odiados con la misma pasión, el Mcal. Francisco Solano López  y Elisa Alicia Lynch, durante el gobierno de Carlos Antonio López., y los convierte en personas de carne y huesos, imperfectos, dominados por sus pasiones. 
Los López, la familia gobernante, manejaba el país como si fuera la extensión de su casa, sabían todo lo que pasaba en la sociedad. El Mcal. López es retratado aquí como un don juan que no conoce la palabra "no", y que se cree con derecho sobre todas las mujeres paraguayas, y en eso encuentra a Pancha Garmendia, quien lo rechaza, algo casi suicida..
Madame Lynch, era "la inglesa", odiada por la sociedad, en particular por don Carlos, quien no veía con buenos ojos la relación de su hijo favorito y futuro presidente de la República con una mujer aun casada. En consecuencia, todos los paraguayos y en particular los asuncenos odiaban a la que consideraban la prostituta del "generalito", como llamaban sus detractores a Francisco (Pancho) López. Ella había llegado a un país desconocido con un hijo en brazos, esperando convertirse en la esposa del hombre más poderoso del país, pero viviendo en nuestra tierra se sintió defraudada y prisionera, y encontró luego un confidente y amigo en el peluquero francés, Jules Berny...
No voy a contar más de la trama de esta novela interesante, eso sí, quiero destacar algo que llamó mi atención, algo que desconocía. Según se lee en sus páginas, Francisco Solano López no era realmente hijo de Carlos Antonio López sino el fruto de la relación de don Lázaro Rojas, hombre acaudalado y dueño de una cuantiosa fortuna con su sobrina Juana Pabla Carrillo, quien a través de un contrato firmado con dos días de anticipación al nacimiento de quien fuera nuestro primer Mariscal, hizo que López lo anotara como suyo a cambio de una fortuna que no tenía, y a la cual luego fuera heredero "Pancho". 
Personalmente, para mí fue una sorpresa leer esta revelación. Desconozco la fuente de donde el escritor ha encontrado este "trapo sucio", pero sabiendo de su talla de historiador supongo que no se trata de una simple libertad literaria. Claro, eso nunca nos enseñaron en el colegio, los libros de Historia que leímos entonces eran tan escuetos que casi todo lo que se refiere a estos personajes  como humanos es una novedad.

lunes, 3 de junio de 2013

Julieta piensa: ¿Por qué todo el mundo escribe en trilogías...o más?

Hace poco terminé de leer el primer libro de la saga de los Blackstone, escrita por Raine Miller. Fue como volver a leer 50 sombras aunque sin todas las escenas de sadomasoquismo, al menos en este primer tomo, y es que, al igual que Cincuenta Sombras, Raine Miller ha dividido la historia de Brynne Bennet y Ethan Blackstone en tres partes. Otra vez nos topamos con una chica insegura que se encuentra con un adonis moderno y pierde todos los tornillos que sostienen su cerebro, en otras palabras, se vuelve loca por él.
He estado husmeando en Goodreads y prácticamente todas las historias de este género parecen venir en tres o más volúmenes. Y no son los únicos, el libro que les referencié en la entrada anterior también es parte de una gran trilogía.
No es que me disguste leer tanto, pero  a veces quisiera poder terminar  la historia de un personaje en un solo libro. Y también me pasa que tengo miedo de no poder conseguir todos los tomos que conforman el total de la historia. En ese sentido va mi queja o protesta, ¿por qué todo el mundo escribe en trilogías? En ocasiones, también suele pasar, que la trama pierde su interés a la altura del segundo o tercer libro. Me pasó con los libros de Stieg Largson, la tercera parte de Mileniun la leí más por obligación y por cerrar la historia de Mikael Blomkvist y Lisbeth Salander. Y también esta la saga de Crepúsculo con sus vampiros sexys y a la moda.. Y así, son varios los autores que torturan a sus lectores con sagas interminables.
Bueno, supongo que yo cometo el mismo pecado, aunque no en forma de largas novelas, los estoy torturando con parte uno, parte dos, etc, bien, hago mea culpa por ello.
Y volviendo a "Desnuda" o "Naked", aparte de dejarme con varias interrogantes, las que espero resolver en el resto de la trilogía, me pregunto si es una coincidencia que la protagonista lleve el apellido Bennett. ¿Tiene algo que ver con la inolvidable Elizabeth Bennett de Jane Austen, es mera coincidencia o es al propósito y una referencia a ella?
 Bien, para quienes disfrutaron de la saga de Cincuenta Sombras, yo creo que también les gustará esta, aunque como ya dije, hay mucha similitud.

domingo, 2 de junio de 2013

La caída de los gigantes. Primera Parte de la Trilogía "The Century". Ken Follet

Esta novela, escrita por Ken Follet, forma parte de una gran trilogía ambientada en el siglo XX, llamada "The Century", que sigue los destinos entrelazados de tres generaciones de cinco familias: una galesa, una inglesa, una rusa, una alemana y una estadounidense. Esta primera parte esta enmarcada en los acontecimientos cruciales de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa.
Finalmente, luego de cuatro meses de empedernida lectura, logré terminarla. Debo aclarar que el motivo por el cual me llevó tanto tiempo leerla no es porque la historia, o más propiamente las historias que se entrecruzan en ella fueran aburridas, sino, debido al gran tamaño del libro - un cruce entre Biblia y Enciclopedia - me impidió llevarlo a todas partes para poder así continuar su apasionante lectura.
Volviendo al relato, este nos da la oportunidad de ser testigos, casi de primera mano, del profundo cambio producido en el orden mundial luego del estallido de la Primera Guerra Mundial. Nada fue igual luego de aquello, y menos aun la vida de quienes la protagonizaron de alguna u otra manera.
Ken Follet mezcla personajes ficticios con personas reales que formaron parte de ese momento histórico, para traernos una historia apasionante, donde no es posible distinguir los hechos históricos de la mera trama novelesca.
El choque de la tradición con los nuevos aires políticos y sociales, la lucha de clases, la brutalidad de la guerra son descritos de manera brillante en un entramado que no tiene cabos sueltos. Este libro lejos de ser una simple novela histórica, se transforma más bien en una verdadera clase de Historia y de Psicología humana. Un libro realmente imperdible