
Por cierto que aparte de las circunstancias que le tocó vivir a su protagonista, no es más que el relato de las vivencias de una adolescente con sus conflictos y su amor por la vida a flor de piel, y esto lo digo, aclaro sin menospreciarlo, sólo para preguntarme si su diario hubiera llegado a nosotros si ella sobrevivía a la guerra... ¿Acaso Ana Frank hubiera cumplido su sueño de ser escritora y periodista? La profundidad de algunas de sus reflexiones a lo largo su diario, me hacen pensar que si, aunque tristemente este diario ha logrado llegar a más personas justamente porque su autora fue una de las víctimas del horror de los campos de concentración nazi.
Me tocó leer una edición un poco más completa de lo que fuera la versión clásica por todos conocida con retazos que su padre había preferido mantener ocultos del público quizás por su contenido íntimo algo impropios para la época, pero que no son más que los conflictos propios de una adolescente de carne y hueso enfrentada a una situación límite.
No en valde este es un libro clásico, su testimonio del pasado negro de la humanidad lo convierte en una lectura obligatoria, una voz que se alza desde las cenizas para recordarnos un pasado que a veces se quiere negar.
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