Algunos libros son más lentos que otros, y en eso no tiene nada que ver la cantidad de páginas sino con la monotonía o no de la trama que se desarrolla en ellas. Esa lentitud fue lo que me sucedió cuando comencé a leer Luna, una novela que encontré en mi negocio de libros usados, Aída Libros (bueno mi mamá es la dueña, yo sólo estoy a cargo). En comparación con Santuario, que fue dinámico desde la primera página, este libro fue desarrollándose más despacio y casi lo dejo de lado, pero, por fortuna seguí y a mitad de libro ya no pude dejarlo.¿Hasta qué punto conocemos los poderes de nuestra mente? ¿Es posible leer el pensamiento de otra persona aunque no la conozcas? Para Jon Childes la respuesta es sí y se traduce en horripilantes visiones de lo que hace y piensa un asesino psicópata que goza abriendo a sus víctimas como si fueran la ofrenda de un sacrificio. Ya en el pasado, Childes gracias a esas visiones, que él se negaba a aceptar, pudo ayudar a la policía a atrapar un asesino en serie, don o maldición que destruyó su matrimonio y lo obligó a dejar su vida anterior en Londres y refugiarse en una isla.
Pero para su desdicha, las grotescas visiones lo vuelven a atormentar, poniendo en peligro su nueva vida....
Una historia espeluznante que, sinceramente, no me animaría a ver en la pantalla si alguna vez se lleva al cine o si ya fue adaptada para tal efecto. Sinceramente no la vería porque no podría dormir después. De todas formas, su lectura es atrapante, es imposible dejar de leerla una vez que se van sucediendo terribles experiencias que van creciendo en gravedad como una irrefrenable bola de nieve.
Si les gusta Stephen King, dense una vuelta para leer un libro de James Herbert... No se van a arrepentir... Un consejo, si son miedosos, quizás sea mejor que lo lean de día y no en la soledad de la noche, aunque claro, si les gusta ese tipo de adrenalina, quien les puede decir que no lo hagan bajo su propio riesgo. :)
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