
De vez en cuando, es bueno pegarse una vuelta por las obras clásicas y conocer de primera mano de qué tratan. Hasta ahora, las obras de Oscar Wilde solo las conocía por las diversas referencias literarias leídas al respecto, este es entonces mi primer encuentro con este afamado escritor.
Me reí mucho. A cada paso, las ridículas peripecias del fantasma dan color a esta historia. Es simpático ver cómo él considera que los Otis son personas evidentemente de baja ralea, puesto que se muestran inmutables ante él. Esto ofende al fantasma. ¿Cómo se atreven a ofrecerle una crema para aceitar sus cadenas? ¿Cómo es que los niños, esos demonios, se atreven a atacarlo con almohadas? Su humillación era infinita...
Una sátira imperdible, un relato corto que vale la pena conocer
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