lunes, 25 de enero de 2016

El retrato de Dorian Grey. Oscar Wilde

Muchas veces engancharse con una obra considerada clásica no es tarea fácil. Hay que reconocer que son libros escritos en otra época, para otro ritmo de vida quizás más apacible y con otros valores. Eso fue lo que me sucedió con esta famosa obra del no menos famoso escritor irlandés Oscar Wilde. Su retrato de Dorian Grey fue para mí un verdadero desafío de paciencia, puesto que sus personajes, particularmente Lord Henry Wotton, fácilmente, se perdía en reflexiones
filosóficas cargadas de vanidad y hasta de nada en realidad. Defendía la idea de que el sufrimiento y las preocupaciones son atributos de personas socialmente menos favorecidas que él, mientras que los de su clase sólo debían interesarse por cosas banales como la moda y procurarse  el placer a toda costa.
Bajo su ala protectora cae el influenciable Dorian Grey, un joven huérfano, heredero de una considerable fortuna y dueño de un hermoso rostro digno de una estatua griega. Bajo la distorsionada visión del mundo, influenciado por Lord Henry, Dorian, cuyo retrato está siendo pintado por otro amigo suyo, hace un desesperado ruego por permanecer siempre jóven y que ese retrato que tan bien lo representa  sea el que sufra los estragos del paso del tiempo y las dejadeces del alma. Oscuramente y sin una explicación bien clara, su deseo se cumple, y mientras él se deja llevar por el goce del placer a cualquier precio, sin importar a quien aplaste a su paso, el retrato va adquiriendo los estragos de su alma. Al darse cuenta de esto, Dorian decide poner el temible cuadro a resguardo de cualquier otro ojo humano que no sea el suyo. Su preocupación de que otro descubra el secreto de su alma corrompida lo lleva a una obsesión sin límites, donde ya no importa nada e incluso está permitido el asesinato si es necesario para salvaguardar su terrible secreto.
Como retrato de una sociedad vana, el libro es perfecto, un culto a lo absurdo, a la belleza física y los placeres temporales. Además de ser un libro especialmente misógino donde la mujer es un mero objeto decorativo y casi un estorbo.
Hurd Hatfield
Dorian Grey 1945
Si no se hace un estudio previo del libro, de su historia y de la vida misma del escritor, hay cosas que quedan como al aire, por ejemplo, en la escena donde Basil, el pintor reclama a su querido amigo, de las habladurías que corren en su contra por ahí, en ningún momento habla claramente de cuales son los actos específicos de los que se le acusa a Dorian para que la sociedad lo considere un ser indeseable y mala influencia para otros jóvenes. Sólo se puede conjeturar que el mismo ha cometido quizás actos homosexuales y quizás hasta orgías, pero sólo son conjeturas... En cuanto a que Dorian haya vendido su alma al diablo y que éste haya aceptado el trato, sólo se tiene presente su desesperado ruego por permanecer jóven y que esto es lo que sucede, pero no hay nada más, sólo un cuadro deteriorándose a medida que él va corrompiendo su alma deseosa de placeres, manteniendo su rostro la lozanía de la juventud. De más está decir que Dorian jamás se arrepiente de sus actos, es más, muchas veces se considera él mismo la víctima de los acontecimientos.
Esta novela se ha llevado en varias ocasiones a la pantalla grande. Tuve oportunidad de ver el comienzo de una vieja adaptación de la misma con el actor  Hurd Hatfield como Dorian Grey de 1945, pero no alcancé a verla completa,  pero me atraería ver la versión donde Ben Barnes, en una adaptación de 2009 hace dicho papel. Lo simpático es que aunque en el libro, Dorian es descrito como un jóven rubio de ojos azules, al parecer siempre fue visto por el celuloide como alguien de cabello oscuro... Para leer más de esas adaptaciones les invito a mirar el siguiente enlace http://www.labutaca.net/reportajes/el-retrato-de-dorian-gray-cinco-actores-mortales-para-un-personaje-inmortal/

Por supuesto que siendo esta una obra tan conocida, debo de haber dejado muchas cosas en el tintero, y por eso me disculpo, y aunque en lo personal no me gustó mucho, creo que es bueno conocer el libro de primera mano para tener una opinión al respecto. Les invito a leer esta antigua novela.

Ben Barnes, 2009

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