Encontré este libro de casualidad y al instante me atrajo su trama. Debo decir que esta vez, la curiosidad me llevó por buen camino porque el libro realmente me atrapó desde principio a fin. A veces es bueno arriesgarse con un escritor desconocido, al menos para mí.La vida de Crista está rodeada de tragedias. Su primer marido fallece en servicio, sirviendo a la patria en su rol de soldado mientras ella está embarazada. Se ve obligada a criar a su pequeña hija sola por un largo tiempo hasta que conoce a George Spalding y se casan. El adopta a la pequeña Jenny y todo parece de color de rosa... Hasta que la tragedia vuelve a golpear la puerta de Crista. Esta vez su pequeña niña de cinco años aparece ahogada en el lago ubicado en la parte trasera de la casa. Por supuesto, la joven madre se deprime y en su dolor cree sentir la presencia de su hija a su alrededor, su esposo, preocupado, le sugiere que consulte con un psiquiatra, pero Crista se niega.
Todo esto no es más que una especie de introducción para la verdadera historia del libro que comienza cuando Crista sufre un accidente, ella y su mejor amiga son atropelladas por un vehículo al cruzar la calle. Su amiga fallece. En cuanto a Crista, después de ser declarada muerta y que la lograran reanimar, está convencida de haber visto a su amiga fallecida despedirse de ella. Eso es sólo el comienzo, de pronto, los muertos parecen empeñados en comunicarse con ella, especialmente su pequeña hija. ¿Es todo fruto de su imaginación? ¿Acaso está mal de la cabeza? ¿O realmente ha desarrollado la capacidad de comunicarse con los muertos? Y si no es un sueño o producto de su imaginación ¿Qué es lo que los muertos necesitan contarle?
Una lectura que te atrapa, como dije, desde principio a fin y que te dejará preguntándote si es posible o no...
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