
Por cierto que Harry Potter y sus amigos, Ron y Hermione son personajes muy queridos para mí, puesto que crecieron a la par que mis sobrinos, con quienes fui a ver las primeras películas. Recuerdo que eran chicos, una de ellas era muy chica, creo que no tenía ni 5 años - Andrea - y hay partes de la película, con los monstruos enormes que le dieron un poco de miedo... Así que esos personajes crecieron a la par que mis sobrinos, por eso les tengo un cariño especial.
Por más que sabía lo que iba a pasar, que podía casi recitar de memoria los diálogos, eso no hizo que disfrutara menos el libro que simple y sencillamente me encantó. Nunca es tarde ni se es lo suficientemente viejo para disfrutar un poco de magia. Un recordatorio de que no hay que tomarse la vida tan en serio todo el tiempo y que si no perdemos esa magia de la niñez, las cosas pueden ser más llevaderas.
Sencillamente, aunque este sea un libro pensado y creado para niños, creo firmemente que es un libro para leerlo a cualquier edad, justo cuando más magia te falta.
Y de la trama no voy a agregar nada, ya todo el mundo o casi todo el mundo sabe de qué va este libro, y sabe que se va a reír en muchas partes de él...
Ya empecé el segundo libro, espero lograr terminarlo antes de fin de año y así poder llegar a mi meta de 50 libros de este año que estoy raspando apenas.. No tengo los otros libros, pero no hay prisa, los iré disfrutando a medida que los consiga o que me lleguen, ya sea en castellano o, mejor aun, en inglés.
¡ A disfrutar de la magia!
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