Me tomó una eternidad terminar este libro pero, valió la pena la aventura de este intrincado viaje.Michener usa la Arqueología para abrirnos una ventana al pasado, mostrándonos como se fue formando la relación del hombre con su Dios. Paso a paso, somos testigos casi presenciales de la evolución de una de las religiones más importantes de la Historia de la humanidad, el Judaismo, y como su evolución va de la mano con la fortuna o la falta de esta que les tocara vivir a los que formaron parte del pueblo judio.
Nivel tras nivel de tierra, a medida que van apareciendo los descubrimientos arqueológicos, conocemos las historias de quienes vivieron en Makor, un pequeño pueblo quizás inventado para los fines de esta novela, quizás real, pero cuya relación con otros lugares como Jerusalen y otros sitios de la Tierra Santa, lo hacen tan creíble que pareciera real.
Esta no es una novela simple y corriente, es mucho más que eso, es casi un tratado de Historia o una enciclopedia, escrita con tanta maestría, que incluso, pese a las infaltables partes aburridas de su contenido, era imposible dejarla a un lado.
Una novela más que recomendada para aquellos a quienes le gusta profundizar en la Historia y porqué no, en la religión.
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