Los juegos del Hambre, trilogía de Suzanne Collins (Diario de un año de lectrura/ A reading challlenge's diary)

Finalmente, entre otras lecturas logré terminar de leer la famosa trilogía de "Los Juegos del Hambre" escrita por Suzanne Collins, una trilogía dirigida a lectores jóvenes-adultos de aventura y ciencia ficción que se ah vuelto muy popular entre el público al cual está dirigido. Y como buena lectora, no podía dejar de curiosearlo. Tal como he escrito antes, me costó un tanto leerla. Por momentos no me atrapaba su trama o me veía envuelta en otras historias, y para hacer su reseña no quise hacerlo con cada libro por separado sino leer la trilogía completa, y aquí estoy.
¿Qué les puedo decir sin develar toda la historia?
Esta trilogía ambientada en el país futurista de Panem gobernado por un Capitolo dictador y dominante al que nada se le puede cuestionar so pena de ser condenados cruelmente o simplemente asesinados, empieza en los Juegos del Hambre como unos juegos donde los participantes se juegan la vida y todos sus actos son transmitidos por televisión como en un reality show. La consigna es vencer o morir, pero el hecho de ganar Los juegos del Hambre, tal como pueden comprobar Katniss y Peeta, no significa la libertad, sino al contrario, estar en la mira del Capitolio (Segundo libro, En llamas). Los juegos, la vida, todo es gobernado por el Capitolio, y de pronto la joven Katniss se ve convertida en el símbolo de una rebelión que le llevará a ser personaje vital en la guerra que se desatará en el tercer y último libro.
Este es un escueto resumen, dejando de lado muchos aspectos para no caer en un accidental spoiler, teniendo en mente a quienes aun no han leído esta popular trilogía, tan popular como la saga de Crepúsculo.
Decir que no me gustó sería mentir, pero como afirmé, me costó terminarlo. Aun así, no puedo negar que fue interesante.
La autora nos presenta un mundo futurista algo pesimista, producto de las vanidades humanas, posible si seguimos destruyéndonos y sometiéndonos unos a otros. No faltan los valores representados en sus jóvenes protagonistas ni la luz de esperanza que se prende en llamas a través de ellos.
Su popularidad, que ha hecho posible que la misma sea llevada a la pantalla grande, obliga a su lectura. No se puede estar actualizado y no leerla.