martes, 30 de enero de 2018

Rose Madder. Stephen King

Cada vez que leo una novela de Stephen King, por más ganas de leerla que tenga al principio, al final solo quiero que termine, y no es que no sea entretenida, sino simplemente me agota. En fin, eso sentí con este libro, que por suerte no duró una eternidad como ocurrió con It.
Luego de años de salvaje abuso de parte de su marido que además es policía, Rose decide escaparse de él y huir a otra ciudad. Basta una simple gota de sangre para que ella se despierte de su inercia de pronto y huya por su vida. Lejos, tiene la suerte de encontrar un refugio para mujeres que como ella han logrado escapar del abuso de sus parejas, y empieza a amarse una nueva vida, incluso conoce un un nuevo amor y en una tienda de empeños - coincidentemente propiedad de quien será su nuevo amor, Bill Steiner, encuentra el viejo cuadro de una mujer de espaldas que, misteriosamente, parece querer pertenecerle tanto como ella lo quiere. El cuadro se titula Rose Madder...
Pero a Rose le resulta difícil no mirar por encima de su hombro, como un animal asustado, sabe que Norman, su marido, un policía corrupto, muy querido en su ciudad, es un verdadero perro sabueso a la hora de rastrear a las personas que busca, y por supuesto, ella siente que la está buscando, lo puede sentir bien cerca.
Claro, que como es una novela de Stephen King, el lector debe estar preparado para que en cualquier momento ocurra algo fuera de lo común, o algo totalmente traído de los pelos, en esta historia no es la excepción. A su más puro estilo Stephen King nos va a llevar a un mundo paralelo... y no puedo decir nada más...



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