miércoles, 11 de septiembre de 2013

Indias blancas. La vuelta del ranquel. Florencia Bonelli

¿Puede el amor vencer a la traición y restaurar la confianza? ¿Es posible perdonar por amor aun en contra de la propia sangre? ¿Puede un indio ranquel perdonar por amor cuando supuestamente los indios no perdonan?
La historia de Laura Escalante, viuda de Riglos y de Nahueltruz Guor, escondido detrás de su nombre cristiano de Lorenzo Rosas, empezó en otro libro "Indias Blancas", cuyo momento cronológico respecto a la historia que se cuenta en esta novela es seis años anterior. Pasaron seis años para que Laura y Nahuel volvieran a encontrarse, seis años que no supieron aplacar la pasión y tampoco el odio... No tuve, ciertamente, oportunidad de leer aquel libro, pero esa circunstancia no fue impedimento para disfrutar esta novela como lo hice.
Esta novela es mucho más que una novela rosa ambientada en el pasado de la historia argentina. Los personajes históricos que desfilan por sus páginas, conviviendo con Laura y Nahuel son mucho más que un relleno, le dan a toda la historia una calidez y realidad especial. La descripción de las costumbres y modas de la época en que el relato se desarrolla le dan también un colorido muy rico en matices, con luces y sombras, con peculiaridades propias de las sociedades de antaño.
No pienso contarles otros detalles de esta novela, ya les tocará a ustedes descubrir como se desarrolla la trama, pero dejen que les diga que si les gusta las novelas de época y romance, esta no les decepcionará.
Solo dejen que me despida con una frase que le dedicara Nahuel a su amada Laura en los avatares de su historia de amor, son palabras de Petrarca, profundas y antiguas: "Bendito sea el día y el mes, y el año y la estación y el tiempo y el punto y el sitio en que tus hermosos ojos negros me encadenaron".
A mi abuela Rosario, que ya no está entre nosotros y cuyo cumpleaños se hubiera celebrado hoy, esta
novela le hubiera encantado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario