Una de las curiosidades de comprar un libro por impulso es que adquirí una novela en inglés que resultó escrita por un argentino. Atraída por la época en que se desarrolla la historia empecé a leerlo, con mucha curiosidad.Dice el refrán que la curiosidad mató al gato y lastimosamente eso fue lo que me ocurrió con esta novela que se presentaba muy interesante pero terminó siendo muy reiterativa y hasta monótona en ocasiones. Pero debo destacar que toda la ridiculez estaba acorde con las costumbres de la época donde el cirujano aun era considerado un seudomédico más próximo al carnicero o al barbero que a otro galeno. Con la iglesia metida hasta en los más mínimos detalles, muchas prácticas, tales como la manipulación de cadáveres eran consideradas oscuras y casi cercanas a la brujería.
En este oscuro mundo se mueve Mateo Colombo, quien como Cristóbal Colón, a quien no le une ningún parentesco descubrió su propia América, una América más peligrosa quizás que las nuevas tierras más allá del océano. Mateo Colombo, llamado el Anatomista descubrió accidentalmente el clítoris femenino y ese descubrimiento le valió ser acusado de herejía, blasfemia, brujería e incluso pactos con el demonio.... En torno a este descubrimiento gira la una historia que se desarrolla lenta y con más vueltas de las necesarias. Al final sólo seguí leyendo porque ya había comenzado el libro.
Y como siempre que no me llega una historia que a otros les ha gustado, quiero creer que simplemente no era su momento, quizás si lo hubiera leído en otra ocasión, me hubiera gustado más, de momento, simplemente fue un libro más.
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