Terremotos, tsunamis, grandes catástrofes naturales y guerras crueles se encargaron de borrar civilizaciones enteras. Y no faltaron los que usaron bloques de las construcciones predecesoras para construir sus propios monumentos, un ejemplo de esto se da en Roma, donde varias iglesias católicas se hicieron utilizando ladrillos y otros ornamentos de los edificios paganos romanos, pero ellos no fueron los únicos, esta era una práctica común, el que ganaba la guerra o que llegaba después, se encargaba de construir sobre las viejas ruinas, el concepto de conservación es una ideología en pañales, tan sólo hoy nos preocupamos de preservar lo poco que queda, y lo mismo, muchas veces la destrucción no se detiene.
Un libro muy interesante para ir leyendo como una enciclopedia y referencia de muchos lugares y culturas que forman parte de la Historia de la humanidad.
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