Los cuentos de hada y las historias de amor por lo general terminan en "y vivieron felices por siempre", pero en esta tercera parte de la trilogía de Gabriel's Inferno de Sylvain Raynard, seguimos la historia de Gabriel y de Julia mucho más allá del vestido de novia y la torta de casamiento, para presenciar las luchas y ajustes por las que posiblemente toda pareja de recién casados pasa, y aun más, claro, puesto que los fantasmas del pasado se niegan a desaparecer por completo, amenazando la felicidad de Gabriel y Julia.Entonces la pregunta otra vez es, ¿ganaran esos fantasmas? O es su amor será lo suficientemente fuerte para superar esta nueva etapa de pruebas y revelaciones. ¿Contaminará el pasado su futuro, o será su amor lo suficientemente resistente para mantenerlos juntos?... Ya es tarea del lector descubrir la respuesta a estas preguntas, no quiero ser quien les arruine la sorpresa o la no sorpresa, ya que bien podría decirse que el final de esta historia que arrastra tres libros es un tanto predecible.
Y aunque fuera predecible, solo me queda añadir una vez más que me gustó más esta trilogía que la famosa 50 sombras, Sylvain Reinard sabe atrapar, y desde luego conoce muy bien a las mujeres. Eso se nota en la atención que pone en los detalles... ¿Es posible encontrar un Gabriel de carne y hueso? ¿O es esta una utopia más al puro estilo de Mr. Darcy, creado para que las mujeres nos lancemos a fantasear con imposibles? Son muchas preguntas que pueden desprender muchas respuestas según la experiencia de cada quien. Quizás es libro no fue creado para contestarlas, sino únicamente para disfrutar de una buena y entretenida lectura que lleva el romance a otros niveles más humanos.
Otra curiosidad antes de despedirme... Desde que empecé a leer este libro, su personaje masculino ha tenido un rostro y ha sido el de un modelo de nacionalidad inglesa llamado David Gandy, de quien pueden saber más con solo investigar en internet... No es que yo lo haya elegido como tal, personas que han leído estos libros antes que yo, ya le habían dado este rostro y cómo nació esto no lo se. Y si bien, en principio, estaba tentada a darle otro rostro, por ejemplo el de otro inglés no menos bien parecido, Richard Armitage ... un viejo conocido para quienes han leído otras entradas de este blog, al final me quedo con el rostro que, según parece es el que todas le dan a este personaje de ficción... Supongo que eso de darle un rostro al personaje de ficción sobre el cual leemos ayuda a la imaginación, pues, bien, me despido de ustedes con otra foto del proclamado Gabriel Emerson, cada quien opinará, pues en gustos no hay nada escrito, y convengamos que David no está nada mal, ja, ja.... ya le darán ustedes el rostro de su predilección.... Lo importante es dejar correr la imaginación y divertirse.
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